A dos kilómetros de la población, en dirección norte, se levanta La Albuera de Feria, mandada a construir en 1746 por el obispo de Badajoz Don Amador Merino Malaguilla para mover las piedras de tres molinos harineros y facilitar la molienda a los vecinos comarcanos. A su muerte fue donada al convento de las Carmelitas de Badajoz. Hoy debe considerarse como prototipo de presa de contrafuertes, por ser de las primeras que emplea dicho sistema. Se remataba con adornos y elementos barrocos. En uno de los espacios entre dos contrafuertes mandó construir una capilla, aunque de dichos elementos ya no conservamos nada.